Me llamo Nikolay Borkovoy. Hace 37 años nací en la ciudad de Moscú. Domino perfectamente el español, tengo mucha experiencia en trabajo como guía de turismo en Moscú, intérprete y asistente tanto en Rusia, como en España. Estudié y trabajé en Salamanca y Madrid.
- Licenciado de turismo en la Universidad estatal de economía y comercio de Rusia
- Poseo el diploma de español de nivel C1 otorgado por el Instituto de Cervantes
- Acreditado por el Gobierno de Moscú como guía oficial en español
- Licencias de guía en español de las entidades de cultura de Moscú
Me dediqué a recibir a gente que viene de turismo a Moscú desde España y Latinoamérica siendo su guía privado cuando volví a mi ciudad natal después de acabar mis estudios y trabajos en España.
Realizando un tour por Moscú en español, deseo enseñar, introducir, interpretar, guiar y compartir todo lo importante que tiene mi patria para los que vengan a la capital de Rusia, sea un viaje de turismo o por negocios, que en ambos casos requiere un trato personal y profesional.
Mi pasión por el español y las diferentes culturas junto a mis capacidades personales me hace amar mi trabajo de guía privado y actuar de una forma transparente y abierta ya que entre los viajeros y yo no hay ningún intermediario.
Mis principios como guía privado
• Profesionalismo. Saber bien la historia de Rusia y su lugar en la historia universal. Ser capaz de ver y comprender a su propio país desde diferentes puntos de vista, tanto como su ciudadano y patriota como si fuera un extranjero, abstraendose y tratando de ser imparcial. Solo si uno sabe algo bastante profundo, sería capaz de reducir, simplificar y hacer amena la explicación, incluso para un viejro que no sabe absolútamente nada sobre Rusia.
• Historia no basta. la vida actual, la sicología del pueblo, la política, la economía, los grandes negocios, las peculiaridades de la sociedad actual rusa, la vida, las modas y las costumbres tanto del pasado como del presente. El arte, la religión, la cocina del país, Ser capaz de explicar la realidad de forma objetiva y sincera. Puede parecer innecesario para un guía, pero es un deber también saber escuchar y comprender el los motivos de una persona.
• Flexibilidad. Cada persona es única. Aunque de lo que muestro a mis clientes, buena parte de las atracciones son las mismas, nunca se ve, ni se siente igual que otro día. Es así porque el hecho de acompañar a una persona que lo ve por primera vez me hace poder ver el lugar ya conocido con los ojos del viajero. Aunque ya lo sabe todo el guía, hay que ponerse en el lugar del viajero para sentir mejor cuando el guía debe actuar de una forma u otra. Cada uno viaja de forma diferente. Por ejemplo:
- Uno toma 100 fotos por minuto, otro 1 solo en todo el viaje. Si es la persona que le gustan fotos, estaría bien si el guía sepa sacar bonitas fotos.
- Uno quiere ver rápido lo más posible poniendo "hecho" frente la lista de las atracciones, otro necesita su tiempo para percibir con calma y preguntar al guía los detalles.
- Incluso, dentro de la pareja al marido le puede interesar la política o la tecnología del país y a la esposa el arte o las recomendaciones de compras. Hay que cubrir todo, porque todo es parte del viaje.
• Responsabilidad. La puntualidad es una cosa obvia y su falta no puede tener ninguna excusa. Nadie sabe todo y es por eso uno tiene sed de aprender hasta la muerte. El guía debe sentirse 100 % responsable de lo que cuenta, por lo tener alguna pregunta a la que él o ella no sabe la respuesta de inmediato, es normal. Apuntar, consultarlo cuando sea oportuno y luego contestar, pero no dejar sin responder, porque es la única forma de aprender. Contestar sin saber significaría traicionar a sí mismo y una falta de respeto al viajero.
• Estado de ánimo. Hay que ser consciente que de cierta forma el guía está compartiendo uno de los mejores momentos de la vida de una familia o de un grupo de viajeros. Un viaje es lo que todos preparamos, esperamos, disfrutamos y luego nos acordamos. Ser hospitalario, amable, tener buen ánimo y predisposición, independientemente si más allá del tour puede haber algún problema sin resolver. De cierta medida, el guía también es un actor que trabaja para el público y trata de que el tour sea dinámico, motivador, descubridor y que sespierte el interés. Como en los teatros hay entreactos, el guía también debe sentir cuándo hay que dejar descansar al viajero o/y tomar algo.
• Ameno. No hay nada peor cuando los días de vacaciones se convierten en una lección monótona de un guía. El hecho de que el guía debe saber mucho, no significa que necesita reproducir todo lo que leyó en un par de días. La regla es: saber explicar de forma más sencilla y, solo en el caso de despertar el interés del viajero, seguir más allá. El trabajo del guía es explicar, pero es muy importante sentir cuando es mejor callarse y dejar que el viajero se sienta a solas con un paisaje, un monumento o un momento.
• Idioma y mentalidad. Si el guía es local, es una ventaja y una mina para el viajero curioso, pero si su español no está a la altura, o tiene un acento fuerte, la comunicación se reduce mucho y no se llega a los matices y a las raíces. Saber bien el idioma no es solo saber expresarse, sino pensar como los hispano hablantes. Para un guía es igual de importante que los conocimientos de lo que cuenta, saber pensar como el viajero, entender su humor y sus costumbres. Par un buen guía es importante continuamente estar sumergido en el idioma: leer en español, ver películas, hasta tener ajustados sus dispositivos al español, etc.
• Preguntas al guía. Si el tour es privado (familia o grupo de amigos), siempre están bienvenidas las preguntas de cualquier tipo y cuanto más, mejor. No existen preguntas tontas, ni incómodas, todas son buenas para el viajero y para el guía. Además, es la mejor forma de aprender y entender. Si la visita guiada es interactiva, se logra descubrir exactamente lo que le interesa en concreto al viajero y satisfacer sus inquietudes.
• Libertad del viajero. El guía debe ocuparse de logística, horarios, tratar de prever y evitar colas largas, necesidades del viajero de todo tipo. Todo esto es importante saber hacer de forma desapercibida para que el viajero se sintiera como si paseara solo. En el caso de tener de elegir entre varias opciones, primero explicar bien de qué se trata y luego dejar elegir al viajero lo que prefiera. Por supuesto hay personas con mucha iniciativa y hay las que prefieren entregarse plenamente en las manos del guía, ha de saber detectarlo. Estar preparado y predispuesto, pero no intervenir en la privacidad.